Columnistas

El Panorama del Dr. Joaquín 

Joaquín Guzmán Avilés

Una reforma que amenaza a México

Con la reciente aprobación de la reforma al Poder Judicial, México se encamina hacia una de las épocas más difíciles de su historia moderna. 

Morena ha impulsado cambios que, lejos de fortalecer la justicia en el país, han arrebatado a los ciudadanos el derecho a una impartición de justicia imparcial, apegada al derecho y con base en lo que establece la ley. 

Esta reforma, promovida bajo el pretexto de una «transformación», abre la puerta a la improvisación y deja de lado la preparación y experiencia que son fundamentales para quienes ejercen en los tribunales.

El Poder Judicial, una de las instituciones pilares de cualquier democracia, está a punto de perder su autonomía y profesionalismo; la justicia no puede estar en manos de quienes carecen de la formación adecuada o quienes responden a intereses políticos antes que a la legalidad. 

México merece jueces y magistrados comprometidos con el estado de derecho, no personas improvisadas que comprometan la legitimidad de las decisiones judiciales. 

Morena debe comprender que la justicia no se improvisa ni se ajusta a conveniencias políticas; se construye con conocimiento, ética y respeto a la ley.

El PAN frente a un nuevo desafío

El Partido Acción Nacional (PAN) se enfrenta a una oportunidad para su renovación y fortalecimiento, en lugar de caer en la lamentaciones, este es el momento en que el PAN debe aprovechar las adversidades como una experiencia que impulse su resurgimiento. 

El PAN merece estar más unido que nunca, y este momento de crisis debe ser aprovechado para cerrar filas y recordar que los verdaderos panistas son aquellos que luchan por los principios de justicia, democracia y bien común. 

Para asegurar un futuro sólido y en sintonía con los valores que históricamente ha defendido, es crucial que se realice una depuración interna: aquellos que no muestran un compromiso real con el partido deben apartarse.

La expulsión fue un acto necesario para limpiar al partido, que no puede permitirse llevar a cuestas traidores, ahora, libres de esta influencia, el PAN puede enfocarse en lo que verdaderamente importa: servir al pueblo.

El Partido Acción Nacional (PAN), tiene enfrente  una oportunidad para fortalecerse alejando a quienes han demostrado no ser dignos de llamarse panistas, por lo que es un alivio para la militancia que los personajes dañinos ya no formen parte de sus filas.

A lo largo de su historia, los panistas hemos demostrado la capacidad para ser una oposición sólida, y hoy, más que nunca, la ciudadanía necesita un partido que represente una opción auténtica, comprometida y crítica ante el gobierno actual.

Este no es el momento de bajar la guardia, sino de redoblar los esfuerzos: la situación del país demanda un partido que no solo critique, sino que también proponga soluciones claras y viables para los grandes retos nacionales. 

Para ello, la militancia debe unirse y volver a las raíces que Manuel Gómez Morin sembró en los cimientos del PAN: principios sólidos, valores democráticos y un compromiso genuino con México.

La clave está en trabajar más que nunca para recuperar la confianza de los ciudadanos, para renovar la estructura interna del partido y, sobre todo, para presentarse como una opción que inspire esperanza y acción. 

Este es un llamado no solo para los líderes del PAN, sino para todos los militantes, a que juntos volvamos a ser el PAN de principios y claridad, con un enfoque renovado, y a la altura de las circunstancias históricas que hoy enfrenta el país.

Es momento de que los verdaderos panistas, aquellos que caminan junto a la militancia de base y conocen de cerca las necesidades de sus comunidades, se preparen con fuerza para las próximas elecciones. 

Con una estructura más unida y comprometida, el PAN tiene la oportunidad de renacer y presentar candidatos que realmente representen los intereses de la ciudadanía, así que este es un llamado a no dejarse intimidar ni seducir por la política del oportunismo. 

Un panista auténtico debe estar comprometido no solo con la letra, sino con el espíritu del partido, no puede haber espacio para la incongruencia ni para el oportunismo.

El PAN debe sumar personas que verdaderamente lo fortalezcan, que crean en sus principios y estén dispuestas a luchar por ellos. 

Si el PAN desea recuperar la confianza de los ciudadanos, sus integrantes deben demostrar con acciones que no están dispuestos a traicionar los valores del partido ni a defraudar la confianza de quienes los apoyan.

De cara a las elecciones municipales, el PAN tiene la responsabilidad de demostrar que ha aprendido de sus errores, que no tolerará más traiciones y que los verdaderos líderes están comprometidos con el bienestar de los veracruzanos. 

El partido debe trabajar codo a codo con su militancia de a pie, fortaleciendo la base y presentando una alternativa digna para las alcaldías; es momento de que el PAN vuelva a sus raíces y siga en pie de lucha, sin traidores en sus filas para poder recuperar Veracruz y México.