Columnistas

El Panorama del Dr. Joaquín 

Por Joaquín Guzmán Avilés

Sacrifio ambiental, el pago por la modernidad 

Más allá de beneficiar a la economía del país, el tren maya, considerado uno de los proyetos más importantes de la actual administración, está ocasionando un gran problema ambiental. 

Dicho tren recorrerá 1,500 kilómetros por cinco estados de la república mexicana, principalmente la selva maya, por lo que esta obra tendrá un alto impacto ambiental, dado que la zona cuenta con un ecosistema que es hogar fauna importante, tales como jaguares, ocelotes, monos aulladores, monos arañas, loros, guacamayas, cocodrilos y manatíes. 

Lamentablemente, la fauna de la zona selvática ha sido invadida por el paso y la construcción de dicho tren, debido a que los animales han sido desplazados de su propio hábitat, se han visto en la necesidad de emigrar y en ese trance han sido atropellados e incluso cazados. 

Todas esas especies requieren de un gran espacio para poder vivir y cazar para poder alimentarse, de tal forma que dividir su hábitat no es una opción porque los pone en un riesgo constante y los túneles o puentes para darles paso en su propio medio ambiente, no son suficiente para mantenerlos a salvo, y es queel paso de la maquinaria afectará a la fauna silvestre, incluyendo a los que están considerados en la NOM-059-SEMARNAT-2010.

Aunado a ello, el Observatorio de Deforestación Neta Cero reporta que hay un promedio de 12,189.2 hectareas deforestadas por año y afectará a la zona de Quintana Roo, Yucatán, Campeche y Tabasco.

Ello ocasionará que la flora de la región sufra impactos importantes, pues tambien se perderán especies consideradas en riesgo por la NOM-059-SEMARNAT-2010.

La realidad es que no hay empatía por los animales y mucho menos por la flora, pues al gobierno no le ha importado afectar otros entornos para podre cumplir su cometido, uno de ellos es la Reserva de la Biosfera de los Tuxtlas, que a pesar de estar muy lejos de la Península de Yucatán, han destruído parte de la zona para extraer piedra basáltica, la cual se necesita para poderle brindar estabilidad al piso del ferrocarril. 

En la búsqueda y extracción de esta piedra están acabando con los cerros de la Reserva de los Tuxtlas, uno de ellos el de Balzapote, ubicado en las orillas del Golfo de México de donde se han llevado toneladas de esta roca. Sin embargo, el daño no sólo es para el ambiente natural, sino también para los seres vivos de la zona, como los monos araña, tucanes, aguilas, loros cariamarillos, cacomixtles y monos saraguatos. 

Es por ello que comunidades indígenas y pueblos mayas que se ven afectados por el tren y por ello rechazan cualquier cambio de uso de suelo o licencia para el proyecto, el cual asegurán que no tienen el consentimiento de los verdaderos mayas, pues además del daño ambiental a lo largo de cinco estados, solamente beneficiará a las grandes empresas de transporte, hoteleras y restauranteras pero no a los locales. 

Y ello incluye a Veracruz, que es un afectado secundario por la explotación de la piedra basáltica para un proyecto que a pesar del daño ambiental se ha convertido en un capricho del gobierno federal. 

La lucha sigue por parte de las comunidades mayas, que no están dispuestas a dar un paso atrás, con la finalidad de preservar su ecosistema, por lo que el llamado a la sociedad continúa firme para que se sumen a la exigencia y el Presidente evite el paso del tren por la reserva de la biósfera y territorios indígenas.