Columnistas

La opinión del día

Por César Jiménez Martínez

Sin pretextos

Una de las promesas hechas en campaña por el presidente Andrés Manuel López Obrador, fue la de regresar a los militares a los cuarteles y terminar así, con la supuesta militarización del país iniciada por Felipe Calderón.

Ya en el gobierno, el presidente Obrador cambió de opinión y no sólo no regresó a las fuerzas armadas a sus cuarteles, sino que les ha encomendado muchas tareas que sobrepasan sus funciones constitucionales, como construcciones, administraciones de aduanas, reparto de medicamentos, etc.

Para combatir a la delincuencia se creó la Guardia Nacional, como una fuerza civil. Pero al poco tiempo las filas de la misma, fueron ocupadas por militares, así como los mandos. El presidente quiere que la Guardia Nacional pase a formar parte de las fieles del Ejército, bajo el argumento que ahí no se corromperían sus elementos. Además, se ha aprobado que las Fuerzas Armadas continúen con labores de seguridad pública hasta el año 2028.

El gobierno de López Obrador está logrando todo lo que quiere en el tema del Ejército, Marina y Guardia Nacional. Piensa que su estrategia de “abrazos, no balazos”, está dando resultados a pesar de las crecientes cifras de homicidios dolosos y el baño de sangre que recorre el país.

Ya no tendrá pretextos el presidente para justificar que la inseguridad del país siga a la alza, ya no puede fallar en evitar pasar a la historia (como ya lo registran los números) como el sexenio más violento en la historia de México. Se piense o no que ya militarizó completamente al país, lo cierto es, que si las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional, sigan sin dar resultados y no logren bajar los índices selectivos en el país, ya no quedará a quién acudir o qué hacer para salvar a México.