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La Danza del Vientre: Un Reencuentro con la Feminidad y el Bienestar Psicológico

•••Este enfoque terapéutico es que permite que las mujeres, en su mayoría, puedan resolver sus propios conflictos internos sin la necesidad de un proceso verbal convencional.

•••Se convierte en un espacio de liberación emocional, un espacio donde, a través del movimiento, las mujeres pueden reencontrarse con su esencia.

•••La danza ayuda a fortalecer la musculatura, mejorar la postura y aumentar la conciencia corporal, lo que contribuye a la mejora del estado emocional.

13-enero-2025.-La danza del vientre, una disciplina milenaria originaria de Egipto ha trascendido fronteras y siglos, destacándose no solo como una manifestación artística, sino también como una poderosa herramienta terapéutica que favorece el bienestar emocional y físico, especialmente entre las mujeres.

Arlette Viridiana Cortés Martínez, licenciada en Psicología por la Universidad Veracruzana, lleva más de 18 años combinando su pasión por la danza del vientre con su formación en psicología, desarrollando un enfoque único que integra ambas disciplinas para mejorar la calidad de vida de sus alumnas. En una entrevista reciente, Cortés compartió su experiencia personal y profesional, destacando cómo esta danza no solo fomenta el cuidado del cuerpo, sino que también potencia el bienestar emocional de las mujeres.

La danza del vientre, conocida también como danza oriental, tiene sus raíces en Egipto, donde se realizaba en contextos rituales relacionados con la fertilidad y la conexión femenina. A pesar de no contar con un conservatorio formal en sus lugares de origen, se ha transmitido a través de generaciones, consolidándose como una disciplina reconocida mundialmente. Esta danza, que destaca por los movimientos específicos de la zona abdominal, se popularizó aún más gracias a figuras como Shakira, quien la trajo a la escena internacional.

A lo largo de su carrera, Arlette se ha enfrentado a la disyuntiva de combinar su amor por la psicología con su pasión por la danza. Fue durante sus estudios en psicología cuando descubrió la danzaterapia, lo que le permitió fusionar ambas disciplinas en un formato terapéutico. Con el tiempo, logró crear un taller denominado Luna Creciente: El Reencuentro con tu Feminidad, un espacio donde las mujeres pueden reconectar con su identidad, explorar su feminidad y experimentar una transformación integral.

La danza del vientre tiene un impacto profundo en el bienestar físico y emocional de quienes la practican. Cortés relata que muchas de sus alumnas, aunque inicialmente atraídas por la disciplina como una actividad recreativa, han experimentado cambios significativos en su salud mental y física. «Me dicen que se sienten más conectadas con ellas mismas, que reducen el estrés, que incluso sienten transformaciones en su cuerpo», comenta Arlette. Además, explica que la danza ayuda a fortalecer la musculatura, mejorar la postura y aumentar la conciencia corporal, lo que contribuye a la mejora del estado emocional.

Lo más relevante de este enfoque terapéutico es que permite que las mujeres, en su mayoría, puedan resolver sus propios conflictos internos sin la necesidad de un proceso verbal convencional. La danza se convierte en un espacio de liberación emocional, un espacio donde, a través del movimiento, las mujeres pueden reencontrarse con su esencia, sentir su feminidad y disfrutar de un momento de introspección alejado de las exigencias diarias.


De acuerdo con Cortés, uno de los aspectos más valiosos de su taller es la comunidad que se forma entre las participantes. «Aquí se crea un ambiente de respeto, contención y trabajo en equipo. Las mujeres se sienten acompañadas en su proceso, y eso genera un lazo muy especial», afirma. Este componente social de la danza del vientre permite que las mujeres se apoyen mutuamente en su viaje de autodescubrimiento y sanación.

Mariana Rodríguez, una de las alumnas, comparte su experiencia personal en el taller. «Desde que comencé, he notado un cambio significativo en mi vida. No solo he aprendido a moverme mejor y a expresarme a través de la danza, sino que también ha mejorado mi comunicación con mi familia y en mi entorno», comentó

Mariana destaca que, al principio, se sintió un poco desafiante aprender los pasos básicos de la danza del vientre, especialmente porque su vida estaba muy ocupada con otras actividades. Sin embargo, se adaptó rápidamente a los horarios de los fines de semana y descubrió que la danza le ayudaba a liberar el estrés, lo que fue especialmente útil durante la pandemia. «Además, la danza me ayudó a lidiar con la depresión y a ver mis propios errores. Me hizo más consciente de mi cuerpo y de mis emociones», añade.

Por su parte, Eva, otra de las alumnas de Arlette, comparte cómo la danza la ha ayudado en su bienestar físico y emocional. «La danza me ha ayudado mucho con la cuestión de la menstruación, ya que los ejercicios de contracción muscular me han aliviado los cólicos», relata Eva. «Es una excelente actividad para todas las mujeres, independientemente de la edad o el peso. Yo tengo 42 años y no me ha impedido seguir aprendiendo y disfrutando de los beneficios de la danza», asegura.

Eva también resalta la importancia de la comunidad femenina que se forma dentro del taller. «Aquí no solo aprendemos a bailar, sino que también nos apoyamos mutuamente. Es un grupo como de hermanas, donde nos sentimos cómodas para ser nosotras mismas», finalizó.
En conclusión, la danza del vientre no solo es un arte, sino una disciplina que puede transformar vidas. A través de su práctica, las mujeres no solo aprenden a dominar su cuerpo, sino que también encuentran un refugio para sanar, reconectarse con su feminidad y liberarse del estrés diario.

Para quienes deseen emprender este camino, Viridiana Cortés invita a vivir una experiencia de autodescubrimiento y sanación, un espacio donde la danza se convierte en un puente hacia el bienestar emocional y físico.

El Centro Cultural Andanzas se ubica en la calle Mártires del 7 de enero y la esquina de Venustiano Carranza, muy cerca de la X en la zona de los Lagos en el Dique, ofrece clases de danza del vientre para diferentes niveles, con horarios flexibles para adaptarse a las necesidades de las participantes. Las clases para principiantes se realizan los martes y jueves de 7:00 a 8:00 de la noche.