Columnistas

El PANorama de Joaquín

Por Joaquín Guzmán Avilés

Venta de franquicias para delinquir

Esta semana ha sido particularmente violenta para el estado de Veracruz, todos vimos a través de redes sociales lo ocurrido en Orizaba, donde lamentablemente la delincuencia organizada sembró temor a los habitantes de este municipio.

Lo preocupante es que a pesar de que la propia ciudadanía lo vivió, sintió el miedo, y algunos hasta se dieron la oportunidad de grabarlo, las autoridades insisten en que no pasa nada, que se trata de un hecho aislado y que incluso se trato de una mala propaganda escandalosa, sensacionalista y amarillista en redes.

Sin embargo, no podemos estar mal, equivocados, sordos o ciegos, cientos de veracruzanos que vimos lo mismo, el crimen organizado operando y atrincherado en un municipio de la entidad, y aunque al final reconocieron que se trataba del Cartel Jalisco Nueva Generación, quisieron minimizar el asunto diciendo que ya se recuperó la tranquilidad y lograron debilitar a los delincuentes que operaban en Orizaba.

Y aunque todos esperábamos escuchar sobre losoperativos, las nuevas estrategias a tomar para que esta situación no se repita, lo que escuchamos fue irrisorio, salieron a decir que se trató de una célula delictivas que pertenece a “El momo”, es decir de medio pelo, porque ni siquiera son los originales del CJNG, a quienes les compraron la franquicia o concesión de sus siglas, sus armas y gorras, para poder usarlas.

Pareciera burla, pero no lo es, en Veracruz los grupos criminales tienen más visión de negocio e imaginación que el propio gobierno. Van un paso adelante, porque eso significa que cualquier persona con dinero puede comprar los derechos para ser criminales y castigar con sus actos violentos a un pueblo inocente. 

Hasta el momento nos hemos enfocado en el hecho delictivo que ocurrió en Orizaba, pero no fue el único registrado en el estado, también hubo otro enfrentamiento en Cerro Azul, así como un acribillado Tantoyuca y una balacera más en Álamo, esto es sólo de los que tenemos conocimiento, seguramente han de haber más.

Veracruz ya no puede estar tranquilo, porque cualquiera que lo desee puede adquirir los derechos para formar parte de un grupo criminal y con ello secuestrar, levantar y cometer delitos a su antojo. 

El pueblo pide a gritos seguridad y no quiere gritos de miedo, así que esperemos que después de esta amarga experiencia se trabaje en nuevas acciones para expulsar de Veracruz quien le quiere hacer daño a su gente.