El Panirama del Dr. Joaquín
Joaquín Guzmán Avilés
El cambio interno en manos de los panistas
Más de 26 mil militantes del Partido Acción Nacional en Veracruz saldrán a ejercer su derecho al voto en un proceso interno, este domingo, 10 de noviembre, que definirá el rumbo del partido no solo en el país sino también en el estado.
Con 148 centros de votación distribuidos en el territorio veracruzano, los panistas tendrán la oportunidad de decidir el liderazgo que guiará al PAN hacia el futuro.
Este fin de semana, representa un momento crucial para el Partido Acción Nacional (PAN), ya que los militantes están listos para elegir a quien será el próximo dirigente nacional de su partido; no es solo una cuestión de liderazgo, sino de asumir la responsabilidad de guiar al PAN hacia una postura firme y sólida frente a la mayoría dominante en el país.
Aunque se espera que la jornada transcurra en calma y sin contratiempos, el valor de este proceso no debe subestimarse. La tranquilidad con la que se prevé que se lleve a cabo no minimiza la importancia de lo que está en juego.
Los militantes tienen en sus manos la posibilidad de impulsar un cambio significativo en Acción Nacional, eligiendo a quienes estarán al frente en tiempos que exigen determinación, unidad y visión de futuro.
Este proceso electoral interno es, en esencia, una muestra del compromiso democrático de los militantes del PAN y su deseo de fortalecer al partido; es el momento de demostrar que, a través del voto, los panistas en Veracruz pueden marcar una diferencia y contribuir a la renovación de un partido que, más allá de sus desafíos, sigue representando una voz relevante en la política mexicana.
El próximo dirigente nacional del PAN enfrentará una gestión desafiante; su misión será revitalizar al partido como una verdadera oposición, fortaleciendo su papel como contrapeso y defendiendo los intereses de la ciudadanía frente a decisiones que, en muchos casos, pueden no beneficiar al país en su conjunto.
En un contexto de mayoría absoluta, el PAN necesita alzar la voz y demostrar que puede ser una alternativa real para todos aquellos que buscan un equilibrio en el poder y un freno a las políticas que consideran equivocadas o perjudiciales.
Asimismo, la voz del próximo dirigente estatal también deberá ser clara y decidida, exigiendo transparencia y justicia ante decisiones cuestionables que afectan la vida de millones de mexicanos.
Los panistas deben elegir a un líder que no solo sepa representar al partido, sino que también tenga el valor y la determinación para ser un portavoz eficaz de la ciudadanía en los tiempos difíciles que atravesamos.
El PAN, como representante de una parte significativa del pueblo mexicano, tiene la responsabilidad de no quedarse en silencio y de alzar la voz por quienes se sienten desamparados.
Es momento de que los militantes hagan una elección consciente, escogiendo a alguien que pueda llevar la batuta de un partido que se necesita fuerte, unido y con la capacidad de enfrentar los desafíos venideros en nombre de los mexicanos.
Legislatura veracruzana bajo la lupa
La Sexagésima Séptima Legislatura de Veracruz inicia sus actividades con una gran responsabilidad sobre sus hombros. La mayoría de los diputados pertenece al partido en el poder, lo que les otorga una posición de fuerza para impulsar iniciativas y tomar decisiones que pudieran afectar a todos los veracruzanos.
Sin embargo, esta ventaja numérica también les exige, demostrar que están realmente comprometidos con el bienestar de la ciudadanía y no solo con una agenda política.
La vigilancia que ejercerán los diputados del PAN será crucial en este contexto; serán un contrapeso necesario que podrá evidenciar, cuestionar y oponerse a cualquier acción que no esté en sintonía con los intereses del pueblo.
Sin embargo, no basta con tener una voz crítica; los ciudadanos esperan que los legisladores de oposición, así como los del partido mayoritario, actúen con integridad y responsabilidad, y no solo se limiten a señalar problemas, sino a proponer soluciones efectivas.
Los veracruzanos han depositado su confianza en los diputados del PAN, con la esperanza de que sean una auténtica voz de la ciudadanía y no actúen en función de intereses personales o alianzas cuestionables.
Sin embargo, esta expectativa está marcada por la sombra de figuras que, en el pasado, han sido vistas como traidoras tanto al partido como a los principios de transparencia y compromiso con Veracruz y México.
La cercanía de estos legisladores con personajes que traicionaron los valores del PAN genera dudas sobre su capacidad de representar realmente a los ciudadanos, en lugar de seguir intereses propios o responder a favores políticos.
La actuación de la diputada Monserrat Ortega en su primer debate, enfrentándose con firmeza a una legisladora de Morena y defendiendo la ideología del PAN, es un buen comienzo, esta actitud debería ser un ejemplo para sus compañeros: ser valientes, defender los principios panistas y, sobre todo, alzar la voz cuando los intereses de Veracruz estén en juego.
Pero los veracruzanos esperan que esta convicción no sea un momento aislado, sino una constante en su labor legislativa. Los diputados deben entender que la ciudadanía está cansada de líderes que priorizan intereses personales; Veracruz necesita legisladores que, más allá de lealtades políticas, trabajen realmente por el bien común.
Si el PAN quiere recuperar la confianza de los veracruzanos, deberá demostrar con hechos y no solo con palabras que sus representantes en el Congreso lucharán por los intereses del estado y no por agendas particulares.
Para esta legislatura, no habrá margen para la inacción ni excusas para resultados mediocres; la mayoría tiene la oportunidad y el deber de producir cambios significativos y positivos para Veracruz.
Los veracruzanos, más que nunca, estarán atentos y exigirán que sus representantes cumplan con hechos y no solo con promesas.