Entre petróleo y silencio: agricultores de Citlaltepetl denuncian abandono tras derrame de crudo en Álamo
Álamo, Ver. 24 de octubre 2025.- En Citlaltépetl, una comunidad agrícola rodeada de huertas y arroyos en el municipio de Álamo Temapache, la tierra huele a petróleo. El aire se impregna de un olor agrio, y el arroyo que solía dar vida al campo ahora corre oscuro y espeso. Hace más de una semana, una línea de conducción de Petróleos Mexicanos (Pemex) se rompió y desató un derrame que devastó parcelas, contaminó el agua y paralizó la vida en la zona.
“Nos dicen que ya limpiaron, pero vengan a ver cómo quedó esto. Perdí 96 árboles de naranja, de los buenos, de los que nos daban para vivir. También los mangos, los plátanos, todo se echó a perder,” relata Ana Marlene Cortés Hernández, mientras muestra las ramas ennegrecidas por el crudo seco.
La mujer, de voz firme pero quebrada por la impotencia, camina entre los surcos donde antes recogía su cosecha. El suelo está endurecido y cubierto por una capa aceitosa. “Esta tierra ya no sirve. Mire, ni las hormigas se paran,” dice.
El derrame, ocurrido el pasado jueves, se extendió rápidamente por el arroyo que atraviesa la comunidad. “Nos dimos cuenta porque el chapopote empezó a bajar por el arroyo. Pensamos que era lejos, pero al otro día todo estaba bañado,” recuerda.
A la fecha, asegura, nadie les ha garantizado una indemnización ni el saneamiento completo de sus terrenos. “Nos dijeron que iban a hacer un inventario, pero también que no hay dinero. ¿Entonces qué va a pasar con nosotros?”
En Citlaltepetl, el arroyo no solo alimenta la tierra: es la fuente principal de agua para más de 500 habitantes. Pero tras el derrame, los pozos quedaron inutilizables.
“No nos pueden bombear agua porque pasa junto al arroyo contaminado. No sabemos si el agua es segura,” explica Cortés. “Ahora vivimos del agua de lluvia y compramos garrafones para tomar.”
Su vecino, Óscar Cortés González, confirma que los efectos persisten: “La tierra quedó negra, los naranjales se secaron. Las máquinas están arrancando las plantas, dicen que para tratar la tierra, pero eso no va a revivir lo que perdimos.”
Los campesinos aseguran que el olor del hidrocarburo persiste día y noche y que la contaminación llegó hasta comunidades vecinas como Kilómetro 33, El Cabellal, El Xúchil y Tuxtla, que dependen del mismo arroyo. “El agua se fue hasta el río Cazones, y de ahí al Tecolutla,” lamentan.
El arroyo de Citlaltepetl desemboca en el río Cazones y más adelante en el río Tecolutla, una de las principales corrientes hídricas del norte de Veracruz. Ambientalistas advierten que la contaminación podría tener consecuencias a mediano plazo en los ecosistemas ribereños y en la pesca regional.
“Estos derrames no se limpian en días. El hidrocarburo se filtra en el suelo, en los mantos freáticos, y los efectos pueden durar años,” explica un especialista en gestión ambiental consultado. “La remoción superficial no basta. Se necesita un monitoreo constante y la recuperación biológica del suelo.”
En los últimos cinco años, se han registrado al menos ocho derrames de hidrocarburos en la región de Álamo y sus alrededores. La mayoría, vinculados a fallas en ductos antiguos o fugas no detectadas a tiempo. Sin embargo, los reportes oficiales rara vez incluyen las afectaciones agrícolas o sociales derivadas.
Mientras Pemex celebra la conclusión de los trabajos de limpieza, en Citlaltepetl los campesinos esperan respuestas. La producción de naranja —principal sustento económico de la zona— quedó destruida justo en la temporada alta, y el acceso al agua potable sigue restringido.
“Dicen que ya acabaron, pero aquí seguimos igual, sin poder sembrar, sin poder tomar agua. El campo se murió,” sentencia Ana Marlene, mirando su parcela ennegrecida.
El 24 de octubre, Petróleos Mexicanos (Pemex) informó mediante un comunicado que “concluyeron al 100% los trabajos de limpieza” en la zona afectada por el derrame.
Según el documento, las acciones incluyeron la colocación de seis barreras marinas —tres para proteger la bocatoma y tres a un kilómetro aguas arriba—, la instalación de nueve cordones oleofílicos, la limpieza de gaviones con desengrasante biodegradable y la retirada de maleza impregnada.
La empresa afirmó que las pruebas de bombeo realizadas el 23 de octubre concluyeron exitosamente, y que los trabajos se llevaron a cabo en coordinación con el Gobierno del Estado de Veracruz, la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y la Comisión del Agua del Estado de Veracruz (CAEV).
Pemex aseguró que en las labores participaron 135 personas y que las operaciones de la bocatoma en El Xúchil ya fueron restablecidas.
No obstante, para los productores de Citlaltepetl, los resultados aún no se reflejan en la tierra ni en el agua.
“Ellos dicen que ya terminó la limpieza. Para nosotros, apenas empieza la lucha,” concluye Ana Marlene Cortés, mirando el arroyo que alguna vez dio vida a su comunidad.
#FotoreporteXalapa #ComparteYSíguenos #Xalapa #NoticiasDeHoy #Veracruz
