Columnistas

El Panorama del Dr. Joaquín 

Joaquín Guzmán Avilés 

La violencia que calla voces políticas 

La escalada de violencia en el país ha alcanzado niveles alarmantes, y Veracruz no es la excepción. En lo que va de este año, siete políticos de distintas fuerzas partidistas han sido asesinados, un hecho que no solo deja una herida profunda en el tejido social, sino que también desanima a quienes buscan servir con honestidad y compromiso. 

La lucha por el bien común y los intereses del pueblo se ha convertido en una actividad de alto riesgo, donde la valentía de alzar la voz se paga, muchas veces, con la vida.

Las estrategias de seguridad implementadas hasta ahora han resultado insuficientes; los resultados hablan por sí mismos: la inseguridad crece, y con ella, la sensación de desprotección tanto para la ciudadanía como para quienes deberían representarla. 

Este panorama no solo afecta la vida de los políticos, sino también la confianza de la sociedad en las instituciones y en el ejercicio democrático.

Es necesario y prioritario que el nuevo gobierno asuma su responsabilidad con acciones concretas y efectivas, no basta con discursos bien intencionados ni con medidas que prioricen las apariencias sobre los resultados. 

Es necesario replantear las estrategias de seguridad para garantizar que nadie esté en riesgo por ejercer su derecho a expresar ideas o por trabajar al servicio de la gente. La violencia no puede seguir siendo el costo de luchar por un cambio. 

Veracruz, como el resto del país, necesita un liderazgo firme y comprometido que entienda que la seguridad es un derecho inalienable, no un privilegio condicionado por intereses políticos; solo así, quienes desean alzar la voz podrán hacerlo sin temor, construyendo un futuro en el que el verdadero servicio a la ciudadanía deje de ser una sentencia de muerte.

El PAN Veracruz y la urgencia de un cambio

El cierre de año para el PAN en Veracruz deja mucho que desear después de los resultados decepcionantes en las últimas elecciones; ante ello, el partido sólo tiene dos caminos: primero replantear sus estrategias y segundo trabajar con seriedad o resignarse a la irrelevancia política. 

Lamentablemente, la dirigencia estatal parece haber optado por la inacción, dejando al partido en una posición cada vez más debilitada frente a un panorama político dominado por un solo partido que busca el control absoluto.

El próximo año, las elecciones municipales representan una oportunidad crucial para el PAN, sin embargo, esta oportunidad solo será aprovechada si el partido abandona prácticas empleadas por su dirigente actual, como las designaciones por “dedazos”, y por el contrario, prioriza la selección de candidatos que realmente representen al pueblo. 

Veracruz cuenta con militantes valiosos dentro del PAN, personas con capacidad, compromiso y cercanía con las necesidades ciudadanas, así que, es momento de darles el lugar que merecen, dejando de lado los intereses personales de quienes controlan la dirigencia.

Si el PAN no logra levantarse en las próximas elecciones y recuperar espacios clave, será muy difícil que lo haga en el futuro. La dirigencia estatal debe entender que el partido no puede permitirse más errores ni indiferencia. 

Es fundamental que desde la presidencia estatal se asuma un liderazgo firme, enfocado en construir un proyecto político que beneficie a la ciudadanía y no a las ambiciones personales de unos cuantos.

Veracruz necesita una oposición seria y propositiva que sea capaz de equilibrar el poder político y ofrecer alternativas reales. 

Si el PAN sigue hundido en la parálisis y el conformismo, estará entregando en bandeja de plata el control total a un solo partido, algo que podría perjudicar la democracia y el bienestar social. Deben actuar lo antes posible desde el interior y no esperarse a que llegue el próximo año. ¡Es momento de trabajar, y el tiempo apremia!.