El Panorama del Dr. Joaquín
Joaquín Guzmán Avilés
La 4T seis años después, ¿Excusas o resultados?
En la más reciente votación en México, de acuerdo al registro del PREP del Instituto Nacional Electoral, el 45 por ciento de la población, no respalda al partido Morena, lo que refleja una creciente insatisfacción con el gobierno de la Cuarta Transformación (4T).
Esta cifra no es un simple dato estadístico; es una señal clara de que una parte significativa de los mexicanos no está de acuerdo con la dirección que ha tomado el país en los últimos seis años.
Desde que Morena asumió el poder, se ha prometido un cambio radical en la política y la sociedad mexicana, sin embargo, los resultados han sido, en el mejor de los casos, desalentadores.
La promesa de combatir la corrupción, una de las promesas del proyecto de la 4T, se ha visto opacada por numerosos escándalos dentro del mismo partido y su gobierno.
En lugar de la transparencia y la honestidad que se pregonaba, lo que muchos mexicanos han observado es una repetición de los vicios que tanto se criticaban en las administraciones anteriores.
La economía del país también ha mostrado signos de estancamiento, pues a pesar de las promesas de crecimiento y mejora para todos, las oportunidades económicas no han llegado.
Aunado a ello, las políticas implementadas han sido, en muchos casos, insuficientes para afrontar los desafíos que México enfrenta, dejando a millones de ciudadanos en la incertidumbre.
El argumento de que todo es culpa de las administraciones pasadas ha perdido peso con el tiempo, pues si bien es cierto que los problemas estructurales de México no se solucionan de la noche a la mañana, pero después de seis años en el poder, Morena no puede seguir excusando sus fallos señalando hacia atrás.
Es momento de que el gobierno de la 4T asuma la responsabilidad de sus actos y de sus decisiones, culpar al pasado ya no es una opción válida cuando ellos mismos han pasado a formar parte de ese pasado.
La falta de resultados concretos y el descontento de una parte considerable de la población demuestran que la narrativa de transformación se ha quedado en palabras vacías para muchos mexicanos.
En un sistema democrático, la diversidad de opiniones es necesaria, y el hecho de que una porcentaje significativo de la población rechace a Morena debe ser tomado en cuenta por la sociedad y el para el partido en el poder, para que gobiernen para todos y no solo para sus simpatizantes.
Cabe resaltar que el hecho de que el 45 por ciento de la población en México no apoye a Morena no solo refleja un desacuerdo con el actual gobierno, sino que también coloca a este grupo de la sociedad en una posición clave: la de ser los vigilantes críticos de los resultados que el partido entregará al concluir su mandato.
Estas personas, que no han sido convencidas por la retórica y las promesas de la Cuarta Transformación (4T), tienen el derecho y el deber de cuestionar, exigir y señalar los errores que se cometen en la gestión del país.
Ellos son un agente activo en la defensa de los intereses del país y en la exigencia de que los gobernantes cumplan con sus responsabilidades, por tal motivo al final del mandato de Morena, este grupo estará observando atentamente los resultados que se presenten, evaluarán si las promesas de cambio y mejora se cumplieron, y si las políticas implementadas han tenido un impacto real y positivo en la vida de los mexicanos.
Y cuando llegue el momento de la transición a un nuevo gobierno, serán los primeros en exigir que se aprenda de los errores del pasado, que se corrijan las fallas y que se avance en la construcción de un México mejor para todos.
Sus voces son tan legítimas como las de aquellos que apoyan al gobierno actual, y su papel como críticos y fiscalizadores es indispensable para la salud de la democracia mexicana; al final, todos los mexicanos tienen el derecho de exigir un gobierno que rinda cuentas, que sea eficiente y que verdaderamente trabaje por el bien de todos.