Columnistas

El Panorama del Dr. Joaquín

Por Joaquín Guzmán Avilés

Elecciones sin temor 

Hace una semana iniciaron las campañas federales en Veracruz, lo que debió ser un momento de debate constructivo sobre el desarrollo de la entidad, sin embargo, en lugar de eso, nos encontramos una vez más con una triste realidad marcada por la violencia y la intimidación.

Los hechos violentos son una afrenta a la democracia y a los derechos fundamentales de los ciudadanos. La violencia política y el uso de la intimidación para silenciar a opositores son prácticas antidemocráticas que no tienen cabida en un país que pretende ser justo y equitativo. 

Lo he expresado en anteriores entregas e insisto, que este tipo de incidentes no solo socavan la integridad del proceso electoral, sino que también representan una amenaza para la participación ciudadana y para el ejercicio pleno de los derechos políticos de la población. 

Nadie debería tener miedo de expresar sus opiniones políticas, ni de participar en la vida democrática del estado y del país. 

Es fundamental que las autoridades garanticen la seguridad de todos los candidatos y ciudadanos que participan en este proceso electoral. Además, es necesario que se establezcan medidas efectivas para prevenir y castigar cualquier forma de violencia política, así como para proteger el ejercicio libre y seguro de los derechos políticos de todos. 

En una época en la que el país enfrenta desafíos significativos en materia de seguridad y democracia, es preciso que se promueva un ambiente de respeto, diálogo y tolerancia en el proceso electoral. 

Todos los ciudadanos merecen participar en igualdad de condiciones y ejercer sus derechos políticos sin temor a represalias o intimidación. Es momento de exigir un compromiso real con la democracia y el respeto a los derechos humanos en Veracruz y en todo el país. 

El 8M da voz 

La marcha del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es una fecha para conmemorar los logros alcanzados por las mujeres a lo largo de la historia, pero también para recordar a aquellas que han sido víctimas de violencia de género y a las que han desaparecido en circunstancias inexplicables. 

Es un día para alzar la voz en solidaridad con todas aquellas que luchan por la igualdad y la justicia. 

La marcha del 8M no sólo es un acto simbólico, sino también un llamado a la acción, es una oportunidad para visibilizar las injusticias que aún persisten en nuestra sociedad, desde la brecha salarial hasta la violencia machista, y para exigir cambios significativos que promuevan la igualdad de género en todos los ámbitos. 

Es necesario reconocer el papel fundamental que las mujeres desempeñan en la construcción de un mundo más justo y equitativo, sin embargo, también es importante reconocer que aún enfrentan numerosos obstáculos en su camino hacia la plena autonomía e independencia.

La marcha del 8M nos recuerda que la lucha por los derechos de las mujeres no ha terminado, y que debemos seguir trabajando juntos para crear un futuro en el que todas las personas, independientemente de su género, puedan vivir libres de discriminación y violencia. 

El feminicidio, las agresiones sexuales, el acoso callejero y la violencia doméstica son sólo algunas de las formas en las que las mujeres son victimizadas a diario. Estas violencias no solo afectan la integridad física y emocional de las mujeres, sino que también perpetúan un clima de miedo e inseguridad que limita su libertad y autonomía. 

Debemos exigir respeto, trato y espacios equitativos para las mujeres, reconociendo su dignidad y valor como seres humanos. Esto implica no solo la implementación de políticas públicas efectivas para prevenir y erradicar la violencia de género, sino también un cambio cultural profundo que desafíe las estructuras de poder y promueva la igualdad de género en todos los ámbitos de la sociedad. 

Es responsabilidad de toda la sociedad, hombres y mujeres por igual, trabajar juntos para construir un México donde las mujeres puedan vivir libres de discriminación, violencia y opresión. Sólo así podremos alcanzar una verdadera justicia social y un futuro más igualitario para todas y todos.